Las miradas del viento
Contradicciones aceptadas por el viento;
En una mañana en la que la maldad quería gobernar
y el miedo deseaba apoderarse de la inocencia;
existen entonces contradicciones, dice el viento.
Es una justa verdad, continúa él,
la cual, aceptarla, sería el camino hacia un secreto cósmico;
revelarla podría ser una cascada de vergüenza,
una intimidad polinizada por el conocimiento del Olimpo.
Los ojos se miran fijamente,
esperando que uno de ellos caiga en el agujero;
ellos no saben que la nitidez de la pupila
responde a la manipulación observada.
Caer, entonces, en este juego, dice el viento,
es caer en el abismo de un conflicto más;
el poeta ya ha sido advertido.
El juego consiste en continuar el rumbo de los latidos,
sin el ayer y sin un mañana,
reconociendo que estas letras
y el calor de la naturaleza salvaje
son la garantía de una belleza incondicional.